MYKONOS
Lo
primero que llama la atención al llegar a Mykonos son los inmaculados
perfiles de su puerto y principal población, donde nada desentona. Todos los
edificios, que rara vez superan las dos plantas e invariablemente respetan unas
formas de gran pureza geométrica, están encalados. El color lo ofrecen las
ventanas, casi todas pintadas de azul, aunque también algunas ofrecen el mismo
rojo intenso que presentan las iglesias. Se dice que cuando se construyó se
pretendía confundir a los muchos invasores y piratas que asolaban estas costas.
Ahora, ese aparente caos urbanístico sirve para mantener al visitante
permanentemente sorprendido. Son famosas también en esta isla sus 360 iglesias,
así como los típicos molinos de viento. Cuenta asimismo con un museo
arqueológico con obras de Rimias y Delos.
Otro aliciente más de esta isla son sus numerosas playas de arena fina griega, y de la que destacan las 55 estatuas de mármol que
representan los leones.